Desde las querellas indicaron que apelarán en Casación y ante el Superior Tribunal de Justicia por las condenas. Los jueces fueron insultados por los familiares dentro de la sala y también por algunos que quedaron en puerta de salida. Debieron retirarse con custodia policial.
Con dos condenas a tres años en suspenso para Walter Bruquetas y Marcelo Mayer, y la absolución del capataz de la obra siniestrada Carlos Valenzuela, un sabor amargo recorrió a los familiares de las víctimas, cuando finalmente concluyó el juicio por el derrumbe trágico del 22 de marzo de 2012, que le costó la vida a ocho obreros de la construcción y heridas graves a otros tres. No hubo, en lo absoluto, aceptación mansa entre aquellos que esperaban respuestas más firmes por parte de la Justicia, luego de peregrinar y hasta casi mendigar Justicia por casi 10 años y medio, recibiendo como respuesta, condenas que tendrán a todos los imputados gozando de su libertad. “Estoy abatida. El poder no paga y nosotros seguiremos llorando a nuestros muertos que no descansarán en paz”, sostuvo María Rosa Urbina, tras escuchar entre lágrimas lo resuelto por el tribunal.
La Sala del TOP N°1 estaba repleta, familiares de las dos partes desbordaron el auditorio y en el ambiente se respiraba cierta tensión, ya que todos se identificaron perfectamente de uno y otro lado. Nada podía presagiar lo que ocurriría más tarde.
La jornada de juicio inició demorada por problemas técnicos con el sistema de videoconferencia. A las 17:20, los jueces le cedieron la palabra a los tres imputados, pero ninguno de ellos quiso hacer uso de aquel derecho, por lo que el doctor Juan Carlos Guerín, presidente del TOP N°1, ordenó pasar a un cuarto intermedio de dos horas para dar a conocer su veredicto.
Fuente: Diario Época
Comments
