Roger Waters, exlíder y gran cerebro creativo de Pink Floyd, regresa a la Argentina para brindar dos conciertos en el estadio Monumental de River Plate

En lo que será su quinta visita al país, desde aquella soñada primera vez en marzo de 2002 en Vélez; Roger Waters, exlíder y gran cerebro creativo de Pink Floyd, protagonizará este martes 21 y miércoles 22 una serie de dos conciertos en River.
Un acontecimiento que marcará un récord absoluto, en el marco de un tour que probablemente sea su despedida de los escenarios; aunque estos históricos hechos parecieran quedar ocultos detrás de las polémicas que despertó su figura en los últimos tiempos a partir de sus posturas políticas.
Cuando el músico británico pise el martes el escenario, empatará en 12 la marca de Los Rolling Stones de ser los artistas con más shows en el Monumental; pero habrá superado esa cifra y lo ubicará en el tope de este podio cuando repita el miércoles, con transmisión en vivo por Flow.
Y cuando el día del récord absoluto, se despida del público argentino, tal vez lo esté haciendo para siempre, de acuerdo a algunas pistas que podrían leerse en el equívoco título de este tour: “This is not a Drill” (“Esto no es un simulacro”).
Desde que se puso en marcha esta recorrida, la pregunta que sobrevuela es si esto alude al concepto del espectáculo o a las sospechas de que se trata de la gira despedida de este artista que en septiembre pasado cumplió 80 años.
Pero a pesar de la excitación que provoca la posibilidad de ver una vez más a una indiscutible leyenda en la historia del rock y de escuchar en vivo obras del repertorio de Pink Floyd, con obvia supremacía en los discos “The Wall” y “Dark Side of the Moon”; la llegada de Waters a la Argentina se produce en medio de un clima enrarecido, que fue tomando forma en otros lugares del mundo y encontró eco por aquí.
Aunque es famoso porque siempre tomó claras posturas políticas, básicamente antibélicas y antiimperialistas, que expresó a través de su arte y de declaraciones públicas; esta vez sus manifestaciones en torno al conflicto en Palestina provocaron represalias concretas.
En todo el mundo proliferaron censuras a su frase en la que sentenciaba que “la población de Gaza tiene derecho a defenderse de las agresiones de Israel”, y acusaciones de antisemitismo; pero en Argentina la bomba explotó la semana pasada.
Fue cuando el músico confirmó en una entrevista con Página/12 que en Montevideo y Buenos Aires -concretamente en el hotel Alvear y en el Faena-, le habían cancelado las reservas que tenía para todo su equipo, por estas acusaciones.
Según sus propias palabras a ese diario, iba a permanecer alojado en San Pablo y desde ahí viajaría a ambas ciudades para el momento de los conciertos.
En las últimas horas, varios hoteles sindicales de Buenos Aires ofrecieron recibirlo en sus instalaciones, pero no existe información oficial sobre el paradero del músico en nuestro país.
Acto seguido, hubo presentaciones de un grupo de legisladores opositores que repudian su visita, advertencias de organizaciones judías y distintas denuncias a la Justicia.
Fuente: Uno