El estadounidense Robert Prevost fue elegido ayer como nuevo líder de la Iglesia católica. En sus primeras palabras ante una multitud en la plaza de San Pedro, mencionó en varias oportunidades a su predecesor e hizo un llamado a la paz a todos los católicos. Especialistas aseguran que tiene un perfil progresista moderado.

La espera terminó, hubo fumata blanca y se conoció al sucesor de Francisco: es el estadounidense Robert Prevost, que se llamará León XIV. De esta manera, la Iglesia católica definió quién será su nuevo líder, tras el histórico pontificado del argentino Jorge Bergoglio. Ante una plaza de San Pedro colmada de fieles y en un clima de algarabía y emoción, el nuevo pontífice dio su primer mensaje con un fuerte llamado a la paz.
A sus 69 años, cuenta con una amplia trayectoria que le ha llevado en los últimos años a estar cerca de Francisco, quien lo nombró en 2023 como prefecto del Dicasterio para los Obispos, el órgano que se encarga de la selección y nombramiento de los obispos. No fue casualidad que el papa anterior sea nombrado en varias ocasiones por León XIV, quien se encuentra en una línea ideológica cercana al argentino.
“Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente del papa Francisco que bendecía a Roma”, dijo el nuevo pontífice. Y agregó una frase que, más allá de lo meramente religioso, pareció ser un adelanto del camino que tendrá su papado: “El papa que bendecía a Roma y daba su bendición al mundo entero esa mañana del día de Pascua. Permítanme darle continuidad a esa misma bendición que Dios nos quiere mucho, Dios nos ama a todos. El mal no prevalecerá”.
“El papa que bendecía a Roma y daba su bendición al mundo entero esa mañana del día de Pascua. Permítanme darle continuidad a esa misma bendición
que Dios nos quiere mucho, Dios nos
ama a todos. El
mal no prevalecerá”LEÓN XIV
PAPA
Quienes conocen la figura y la trayectoria del nuevo pontífice lo definen como un moderado progresista.
Es decir, tiene ánimos de generar algunos cambios y de tener una Iglesia más abierta. Más allá de esto, también vaticinan que no será un papado tan disruptivo como el de Francisco, aunque puedan tener puntos en común.
En su etapa de cardenal, el nuevo papa se mostró crítico con Donald Trump, el presidente de Estados Unidos.
Especialmente, su desacuerdo está centrado en la política migratoria que tuvo en su primer mandato y también en este segundo.
Prevost misionó y estuvo varios años sirviendo en Perú e incluso tiene la nacionalidad. De esta manera, habrá otro papa que hable español, idioma que incluso usó ayer para dedicar unas palabras a los fieles presentes en el lugar y a los millones que siguieron el histórico momento a través de diferentes plataformas.
El nombre, un mensaje
En el extenso linaje de los papas que han dirigido la Iglesia católica a lo largo de más de 2.000 años, el nombre León ocupa un lugar destacado. Utilizado por 13 pontífices, entre los años 440 y 1903, es el sexto nombre más repetido en la historia del papado.
Más allá de la reiteración, los papas que lo llevaron desempeñaron roles clave en momentos decisivos para la cristiandad, desde la consolidación doctrinal hasta la reforma eclesiástica, pasando por tensiones geopolíticas y culturales.
El primero de todos, León I, fue también uno de los más célebres: enfrentó al mismísimo Atila, líder de los hunos, y lo convenció de no invadir Roma. Reconocido como el Grande y venerado como santo, fue clave en la definición teológica de la doble naturaleza de Cristo y uno de los doctores de la Iglesia. Su pontificado, iniciado en el año 440, marcó un antes y un después.
Después de él, a lo largo de los siglos, llegaron otros doce Leones. Algunos fueron breves, como León XI, que apenas duró 26 días en 1605. Otros, como León XIII, dejaron una huella duradera: su encíclica Rerum novarum, publicada en 1891, se considera el punto de partida de la doctrina social de la Iglesia moderna, al defender los derechos de los trabajadores y la formación de sindicatos, y oponerse tanto al socialismo como al capitalismo desregulado.
Este último ejemplo, aseguran, es el que tomó el nuevo papa y la elección del nombre es toda una declaración sobre el camino que tomará.
Al menos a priori, no parece muy alejado de la visión que tenía Francisco, algo que gran parte del catolicismo festejó ayer por el fuerte legado que dejó el argentino.