Condenaron en Miami al argentino que admitió haber transferido USD 350 millones a EEUU para eludir el cepo cambiario

Un tribunal federal de Florida sentenció a Paul Oswal Morani a tres años y medio de cárcel, que comenzará a cumplir en junio próximo. Había alcanzado un acuerdo de culpabilidad con los fiscales y lo multaron con 40 mil dólares

El empresario estadounidense y nacionalizado argentino Paul Oswald Morani(57) se había declarado culpable hace tres meses de operar sin licencia un negocio de transferencia de dinero hacia Estados Unidos de 350 millones de dólares para eludir las restricciones cambiarias impuestas en el país desde 2019, en el marco de un esquema que involucró el uso de facturas falsas y empresas ficticias. Así, el Tribunal del Distrito Sur de Florida lo sentenció en las últimas horas a una pena de 42 meses, o sea, tres años y medio de cárcel.

Incluso, en sus argumentos para pedir que la pena no sea mayor a los 42 meses de prisión, la defensa remarcó que Javier Milei elogió públicamente a quienes facilitaron el acceso al dólar durante los años de cepo cambiario, calificándolos de“héroes del libre mercado”. Justamente, el Presidente lo dijo el 19 abril de 2024, ante empresarios en el Foro Llao Llao: “El que fuga es un héroe: logró escaparse de las garras del Estado”.

Según pudo saber Infobae, Moroni llegó a la sentencia en libertad, ya que había logrado por parte de la jueza Beth Bloom 45 días libres antes de empezar a cumplir la pena que finalmente le impuso la magistrada. Aún no se conoce a qué penitenciaría será trasladado el nacido en Nueva York y criado en Argentina, pero sí que deberá presentarse a cumplirla en junio próximo. Además, lo multó con 40 mil dólares.

Hay que recordar que, inicialmente, allá por 2024, cuando fue imputado; el empresario que vive en Miami había sido acusado de conspiración y lavado de dinero. Pero esos cargos fueron desestimados ante el acuerdo con los fiscales de febrero pasado, en donde aceptó su culpabilidad y se coincidió en que una pena menor a 42 meses era insuficiente.

La jueza Beth BloomLa jueza Beth Bloom

La fiscal Monique Botero, representante de la Fiscalía del Distrito Sur de Florida, en ese entonces le dio la derecha a la defensa de Moroni sobre al contexto del cepo en Argentina y acordó imputarlo solo por “operar como transmisor de dinero sin licencia”.

Es que la defensa de Moroni alegó ante la jueza Beth Bloom que el caso es un delito de carácter regulatorio y no de blanqueo de capitales. De hecho, las investigaciones del Departamento de Justicia solo identificaron una transacción —por 30.000 dólares— supuestamente asociada a actividades ilícitas, lo que representa el 0,0086% del total de dinero transferido.

Los representantes del Gobierno de Estados Unidos, según la legislación vigente, se reservaron el derecho a pedir cinco años de cárcel para Morani, ya que siguió con su actividad ilegal luego de haber sido interrogado por investigadores en 2021, según Law360. Pero la jueza se quedó con el pedido de la defensa del imputado, de que la condena no sea mayor a los 42 meses de prisión.

“Paul Morani es ciudadano americano, pero su historia y su corazón son argentinos. Fue condenado por ayudar a los argentinos a acceder a dólares en un momento en que el gobierno de Alberto Fernández había cerrado todas las puertas al libre mercado. No lavó dinero ni cometió fraude, sólo ayudó a la gente común a proteger sus ahorros. Hoy, el propio presidente Javier Milei ha reivindicado a personas como Paul como ‘héroes que escaparon de las garras del Estado’. Esa es la verdad, y agradecemos a la jueza por haber reconocido el contexto único de este caso”, fueron las palabras de Martín De Luca, socio de Boies Schiller Flexner LLP.

“Los factores agravantes son que, con su conducta, usted ciertamente atacó la integridad de nuestro sistema financiero”, le dijo la jueza Bloom a Morani en base a lo publicado por Law360. Y siguió: “Usted era consciente de que su conducta era delictiva y, aun así, continuó con sus actividades ilegales”.

El caso

Morani había sido arrestado el 19 de marzo de 2024, tras una investigación que comenzó en 2021 con la incautación de sus dispositivos electrónicos en el Aeropuerto Internacional de Miami y el embargo de sus cuentas bancarias.

No fue el único, junto a él también fue acusada su presunta cómplice: el proceso contra la mujer, que había sido detenida por la Policía Federal Argentina en un country Santa Bárbara, en el partido de Tigre, continúa.

Según pudo saber Infobae, el caso tiene su origen en un sistema informal de remesas que Morani operó desde Miami. Según los argumentos de su defensa, lo hizo en el marco de las restricciones cambiarias que regían en Argentina y que comenzaron durante el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, volvieron sobre el final del mandato de Mauricio Macri y se profundizaron en la gestión de Alberto Fernández.

Estas políticas, que para las personas fueron eliminadas a mediados de abril y que todavía rigen para algunas operaciones de empresas, habían creado un mercado paralelo para acceder al dólar.

Según la acusación de la fiscal Botero, Morani estableció o dirigió la creación de varias empresas de fachada, registradas como compañías de importación-exportación o transporte de carga, que en realidad no tenían actividad comercial legítima.

A través de estas empresas ficticias se transferían fondos desde Argentina a sus cuentas bancarias en EEUU, para luego ser reenviados casi de inmediato. El mecanismo incluía la generación de facturas falsas con el fin de evadir las restricciones cambiarias del país.

El acusado había gestionado desde los años 90 empresas de logística como Top Cargo, con sedes en Miami, Buenos Aires, Brasil y Chile. Tras declararse en quiebra en 2009 y reconstruir su actividad empresarial, reanudó operaciones vinculadas a exportaciones entre Chile, Argentina y el resto del mundo.

Fuente: Infobae

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