Un parque automotor envejecido y los autos cero kilómetros impagables se suman a la escasa demanda y a la competencia despareja con Uber. Combo letal para un rubro castigado desde hace años.

l rubro de los remises viene castigado desde hace rato. Aunque hoy la referencia parezca lejana, puede decirse que desde la pandemia no pudieron encaminar una actividad que supo tener un importante nivel de demanda. Pero la crisis económica, las dificultades para llegar a fin de mes en un contexto de fuerte endeudamiento familiar minaron el terreno para un sector que hoy está más complicado que nunca.
La llegada de Uber y de otras plataformas similares fue también una estocada que terminó por socavar cualquier ilusión de mejora, más allá de repuntes eventuales atados a festividades y un mayor movimiento comercial, como el que se avecina con fin de año.
Sobre esta situación dialogó República de Corrientes con Juan Castillo, referente de la Asociación de Remiseros. “Estamos por cerrar un año con muchas dificultades, atravesamos una situación económica crítica”, expresó.
Si bien el Concejo Deliberante extendió a 15 años la antigüedad máxima permitida para los móviles, lo cierto es que la preocupación sigue. “Nos dio un aire, pero hay muchos autos que ya tienen 13 años, y uno cero kilómetros hoy cuesta casi 30 millones de pesos”, señaló Castillo. En este sentido, indicó: “No solo es una cifra inalcanzable, sino que, además, en caso de poder comprarlo, se necesita demasiado tiempo para amortizar esa inversión”.
La situación no es nueva, pero se va agravando. “Este año ya se comenzó mal, porque venimos con una crisis de arrastre de la que ni podemos salir. Es el momento más complicado de los últimos años”, aseguró, recordando que una de las últimas grandes crisis del sector fue en 1999, cuando había un alto nivel de desocupación y muchos buscaron en el remís una salida laboral. Esto hizo que se sobrecargue la oferta, en un contexto de escasa demanda.
Aunque en diferentes proporciones, este escenario se replica hoy. La llegada y la proliferación de Uber en la ciudad hizo que la oferta de móviles crezca, mientras que la población que utiliza el servicio es la misma o menos debido a la falta de dinero. “Pasó lo que dijimos que iba a pasar, la actividad se precarizó aún más”, dijo el referente de los remiseros.
Otro de los detalles que marcan esta realidad preocupante es cómo se revirtió la balanza entre conductores y propietarios. Hoy, más del 80 % de los remiseros son dueños de sus autos y menos del 20 % son los que alquilan. “Esto es algo malo, porque los choferes pagaron los platos rotos y el que es propietario, en general, trabaja menos horas”, apuntó Juan Castillo.
Hoy, con los costos cada vez más altos y la demanda estancada, los remiseros se ilusionan con que noviembre, y especialmente diciembre, sean meses “lindos”. Las cenas de egresados, despedidas de año y el repunte del movimiento comercial es una carta a favor, aunque advierten que “en los últimos años no vienen siendo como esperábamos”.
Mientras tanto, los remiseros trabajan en un proyecto que presentarán al Ejecutivo provincial. Aunque no quisieron adelantar detalles, señalaron que se trata de una iniciativa que busca ayudar a recuperar la actividad y que sea beneficiosa para los trabajadores, los usuarios y también para el Estado.

