El tiro fue a corta distancia y de grueso calibre, entró por la venta del conductor y salió por el lado derecho. No hizo denuncia, por el descrédito que le genera la acción judicial contra los agresores.
Un hombre salió ileso de milagro en la madrugada de ayer, luego de sufrir un violento ataque a balazos por parte de dos malvivientes que lo habían detenido a punta de pistola en inmediaciones del barrio La Olla. Quisieron robarle el auto y cuando la víctima se negó, abrieron fuego contra el vehículo. Uno de los balazos ingresó por la ventanilla del conductor y por suerte no lo hirió, permitiéndole escapar rápidamente del lugar.
La víctima, de nombre Javier, y quien mantuvo un contacto con el portal digital Siempre Corrientes, mencionó que el hecho ocurrió alrededor de las 5:30 del sábado, cuando se dirigía hacia su trabajo y circulaba por inmediaciones de la avenida Cartagena y vio cruzarse repentinamente sobre la calzada a dos jóvenes con las manos hacia adelante, lo que le provocó inicialmente un gran susto, ya que no entendía lo que ocurría.
“Fue en la intersección con calle Las Piedras. Dos jóvenes se pararon frente a mi vehículo y al ver que la situación era demasiado sospechosa, aceleré rápidamente para tratar de salir del lugar, porque estaban queriendo robarme el vehículo. Los sujeto tuvieron que correrse, porque yo no iba a frenar o esquivarlos. Uno de ellos tenía un arma de fuego y con ella me disparó”, explicó la víctima.
El disparo ingresó casi por el medio de la ventanilla del conductor, pero como el tirador casi se cae, fue de abajo hacia arriba, por lo que el proyectil pasó casi frente al rostro de Javier, pero no lo lastimó. El disparo fue a muy corta distancia. La bala, presumiblemente un calibre 32, salió por el techo del auto dejando un orificio de entrada de grandes proporciones y otro de salida entre el marco de la puerta y el burlete del parabrisas.
“Siempre paso por ese lugar, llevo mis niños al colegio, soy un laburante común, pero ya no se puede transitar libremente. La inseguridad ganó la calle y con el peligro que hay todos los días, ya no sabemos -los que mantenemos una familia- qué nos va a pasar. La Policía debería recorrer en los horarios que la gente sale a trabajar. Las calles están desiertas y no había ningún patrullero por la zona donde me sucedió este ataque”, contó Javier. El hombre maneja un Chevrolet Cruce blanco, es empresario y hace habitualmente este camino para ir a su trabajo y llevar a sus hijos al colegio para acortar camino, pero desde lo sucedido asegura que no pasará más por allí, porque quedó con mucho miedo de que pueda volverle a suceder. Pese a lo ocurrido, la víctima no hizo denuncia, excusándose en que “no tiene sentido, van a salir al rato”, concluyó.