La droga estaba almacenada en la casa de un delincuente procesado por narcotráfico, con prisión domiciliaria y controlado con una tobillera electrónica. Pese a ello, logró fugarse. Hallaron autos repletos de esta sustancia lista para ser distribuida.
Efectivos de la División de Unidad Operativa Federal Corrientes asestaron ayer un duro golpe al narcotráfico al desmantelar una operación de distribución de marihuana, justo antes de que “fuera movida” de lugar. Incautaron cerca de 700 kilogramos en dos operativos y decomisaron vehículos y documentación de gran interés para la investigación. La droga estaba siendo manejada en la casa de un delincuente con arresto domiciliario y que se suponía era monitoreado por su tobillera electrónica.
Todo comenzó el martes por la noche, cuando una patrulla de la Policía Federal Argentina con efectivos del DUOF observaron movimientos sospechosos en la casa de un sujeto apodado “Nono”, a quien tenían bajo vigilancia desde hacía un tiempo, luego que surgieran datos de que estaba nuevamente moviendo droga a gran escala. El mencionado martes, dos sujetos en dos motocicletas salieron llevando bultos de gran tamaño. Eran cajas sospechosas, por lo que los policías decidieron actuar.
Una de las motos quedó en el lugar y los dos sujetos huyeron en el segundo vehículo, abandonando el cargamento con 50 kilogramos de marihuana, fraccionada en decenas de “ladrillos” y lista para ser entregada. La vivienda de la que salían las motos se encuentra por calle Godoy Cruz, entre Colombres y Castro Barros en el corazón del barrio Universitario y muy cerca de la Ruta Nacional N°12, en una zona sumamente estratégica por el ingreso y egreso de la capital correntina.
Se notificó al juzgado federal y se solicitó una orden de allanamiento al juez federal, quien en la mañana de ayer dio luz verde a los federales para irrumpir en la finca. Ya no había nadie dentro, pero dejaron dos vehículos cargados de paquetes repletos de “ladrillos” de marihuana. El procedimiento de la noche anterior los había ahuyentado y posiblemente se escaparon por los fondos de la casa.
“Esa vivienda la habitan al menos tres familias, todos parientes entre ellos. El lugar está liderado por un sujeto apodado Nono con antecedentes por infracción a la Ley de Estupefacientes y que ya había pasado por la cárcel por el mismo delito. Como si fuera poco, se encontraba con prisión domiciliaria y monitoreo electrónico, pero pese a todo eso seguía con su actividad, como si nada sucediera”, explicó una alta fuente judicial, consultada por diario época.
En la mañana de ayer, alrededor de las 10, cerca de medio centenar de efectivos, entre uniformados y de civil, además de varios móviles de la fuerza, rodearon y cerraron la cuadra y desplegaron sobre la calle centenares de paquetes conteniendo la droga vegetal. Dentro de la casa hallaron poco más de 650 kilos de estupefaciente, que sumado al cargamento incautado frente a la casa la noche anterior, rondarían los 700 kilogramos, confirmaron voceros oficiales.
La vivienda sería propiedad de un delincuente identificado como Julio “Nono” Gómez, quien ya purgó prisión en la Unidad Penal Federal N°7 de la provincial de Chaco y estaba otra vez con prisión domiciliaria, pero evidentemente jamás dejó el negocio por el cual estuvo bajo la lupa de la Justicia y la Policía federal.
Fuentes allegadas a la investigación estiman que la vivienda era un centro de acopio y que ayer justamente comenzaban a distribuir a los distintos centros de venta de droga en el interior, en Capital y hacia la vecina provincia de Chaco, donde la banda tendría algunas ramificaciones. El primer golpe fue crucial para desmantelar toda la operación.
En la casa no había ninguna persona, ni adultos, ni menores, dejaron hasta la ropa colgada en los tendales, antes de darse a la fuga. Vecinos que observaban el movimiento de la Policía dentro de la casa indicaron a este medio que “levantaban un tacho o abrían un tanque y encontraban los paquetes repletos de droga”. Ahora, la Justicia federal continúa con la investigación. Intentan establecer, con el rastreo de la tobillera, dónde se encuentra el prófugo que, no se descarta, podría entregarse.