Estudiantes del San Benito construyen refugios de amor para animales callejeros

El proyecto demuestra cómo la ciencia y la solidaridad pueden unirse para generar un impacto positivo. Se busca la colaboración de toda la comunidad para equipar las casitas y sembrar empatía en las nuevas generaciones.

En un acto de profunda empatía y compromiso social, los estudiantes del secundario nocturno del Instituto San Benito, en Corrientes, están demostrando que la educación va mucho más allá de las aulas. Con manos hábiles y corazones llenos de esperanza, estos jóvenes están dando vida a un proyecto interdisciplinario que promete cambiar la realidad de los animales sin protección en la costanera: la construcción de casitas de madera para felinos.

Lo que comenzó como una campaña solidaria impulsada por la institución, se transformó en una poderosa experiencia de aprendizaje y transformación.

En diálogo con República de Corrientes, la profesora de Biología Romina Sclippa explicó la inspiradora motivación detrás de esta iniciativa: “Decidimos enfocarnos en los gatos callejeros porque son seres que muchas veces pasan desapercibidos, sin voz ni protección, y creemos que educar también implica enseñar a cuidar lo que nos rodea”.

Este proyecto, que integra los saberes de Biología, Geografía e Historia bajo la guía de un equipo docente excepcional –Romina Sclippa, Aarón Lezcano, César Miño, Adrián Alarcón, Pedro Catala, Marta Nicolet, Andrea Miranda y la rectora Verónica Sosa, no solo busca brindar abrigo y seguridad a estos animales, sino también sembrar una semilla de conciencia sobre el respeto a la vida animal y la tenencia responsable. La colaboración con la Fundación Paz Animal fue clave, brindando charlas y asesoramiento para asegurar que estos refugios sean duraderos y efectivos.

“El impacto fue profundo y transformador”, comentó Sclippa, con emoción. “Notamos cómo se involucraron con entusiasmo, no solo por la elaboración de los diseños y la construcción, sino por el sentido que le daban al proyecto: ayudar a seres vulnerables, pensar en el otro, actuar con empatía”. Los alumnos no solo aprenden sobre comportamiento animal, salud pública y diseño ecológico, sino que también desarrollan habilidades esenciales como el trabajo en equipo, la organización y la reflexión ética.

“Decidimos enfocarnos en los gatos callejeros porque son seres que muchas veces pasan desapercibidos, sin voz ni protección, y creemos que educar también implica enseñar a cuidar lo que nos rodea”

ROMINA SCLIPPA
DOCENTE

La sinergia entre las áreas es palpable: desde la investigación biológica del comportamiento felino hasta el diseño artístico de los refugios, pasando por la alfabetización digital para solicitar colaboración comunitaria y el análisis de la historia de la Fundación Paz Animal. En los talleres, los estudiantes miden, cortan, ensamblan y hasta cosen a mano las cuchas con retazos de tela donados, demostrando una dedicación y un aprendizaje práctico que resuena con fuerza.

Este proyecto institucional demuestra cómo la educación, cuando se une a la pasión y al compromiso, puede convertirse en un verdadero motor de cambio. Se prevé que la finalización de esta conmovedora obra sea en septiembre.

“Por el momento, nuestro enfoque sigue puesto en este proyecto, que aún está en pleno desarrollo. Actualmente, nos encontramos en la etapa de construcción de los refugios y próximamente realizaremos una jornada especial dedicada a la decoración y pintura de cada casita, donde los estudiantes podrán expresar su creatividad y compromiso.

Campaña solidaria

En paralelo, están organizando una campaña solidaria para equipar cada refugio con todo lo necesario para hacerla un verdadero hogar. “La idea es que cada casita no solo sea funcional, sino también cálida y acogedora”, detalló Sclippa. Buscan recolectar alimento para gatos, cuchas en desuso, retazos de tela y relleno, materiales que permitirán fabricar las camas internas de cada refugio.

“Este proyecto nos abrió muchas puertas para seguir trabajando en iniciativas que vinculen la ciencia con la acción social”, añadió Sclippa. “Si bien aún no tenemos definidos los próximos pasos, nos entusiasma la posibilidad de continuar desarrollando propuestas que integren contenidos curriculares con valores como la empatía, el cuidado del ambiente y la participación comunitaria”. 

“Nuevamente, quiero agradecer profundamente este espacio que nos permite compartir lo que estamos construyendo con tanto cariño y compromiso. Este proyecto nació en el aula, pero creció gracias a la voluntad de los estudiantes y al espíritu solidario que atraviesa nuestra institución”.

“Aprovecho esta oportunidad para invitar a toda la comunidad a sumarse: cualquier colaboración, por pequeña que sea, puede hacer una gran diferencia”, expresó Sclippa.  Pero también se valoran las manos dispuestas a ayudar en la pintura, las ideas innovadoras para mejorar los refugios y, sobre todo, los corazones dispuestos a cuidar. “Juntos podemos transformar la realidad de estos animales que no tienen voz, y al mismo tiempo sembrar valores que perduren en nuestros jóvenes. Gracias por acompañarnos”, concluye.

Para conocer más sobre sus actividades o colaborar con esta noble causa, pueden comunicarse a través del Instagram @institutosanbenitocorrientes.

Por: Lic. Brian Cristaldo, República de Corrientes

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